El Jardín Andalusí: almunias, vergeles y patios
El jardín es un elemento vertebrador de la cultura andalusí. No solo por su presencia notable en la arquitectura palatina de Al Andalus. Sino por su relevancia social que trasciende el ámbito físico para elevarse de lo terrenal a lo espiritual. El jardín huerto, el jardín poético, el jardín místico y el jardín científico. Cuatro perspectivas de un concepto encauzado por el agua. Todo ello contado con detalle y rigor en la exposición «El Jardín Andalusí, almunias, vergeles y patios».
Organiza la muestra la Fundación Cultura Islámica (FUNCI). Embajadora de la cultura árabe en España desde hace más de 30 años, la fundación apuesta por dar a conocer el jardín andalusí en toda su autenticidad y versatilidad. De esta forma se muestra al jardín hispano musulmán como un espacio de paz y humanidad. Lo hace a través de la ciencia, la espiritualidad, la sensualidad y la literatura. Desde todos los sentidos.
El jardín andalusí y su unión con el agua
Esta exposición aterriza en el Huerto del Retiro de Madrid tras haber viajado a lugares emblemáticos de España: la Alhambra de Granada, Toledo, el Real Alcázar de Sevilla y el Jardín Botánico de Córdoba. Pero también a Marruecos, Líbano, Kuwait y Arabia Saudí.
Es inevitable que al pensar en el jardín andalusí nos remitamos a los bellos patios islámicos de España, tales como el Generalife o los palacios de taifas de Toledo. Su estética y armonía están fuera de toda duda. Pero es la unión con el agua lo que les distingue y les dota de personalidad propia. La misma tradición islámica considera al agua un don divino.
«¿No veis el agua que Allah ha hecho descender del cielo y por medio de ella, todo verdea sobre la tierra?!
Corán (Sura 22, aleya 63)
Esta maqueta recoge los recursos hidraúlicos de inspiración andalusí, típicos de un predio o hacienda musulmana: Acequias, aljibes, albercas y norias. Las norias, que aun existen en Córdoba y Murcia, servían para extraer el agua de ríos. Las acequias lo distribuían por sus canales para el riego, procedentes de la alberca, que era un deposito de agua. Además, estaban los aljibes, para almacenar agua de regadío cerca de las almunias, las «casas rurales» de la época.
Los jardines en el Corán y la Poesía
Muchas de estas almunias se edificaban en torno a jardines que constituían singulares vergeles. Lo eran por estructurarse a modo de un jardín botánico, en el que se aclimataban especies de todos los rincones de Occidente y Oriente. Es la perspectiva científica del jardín andalusí dedicada a la experimentación. Se cultivaban azafrán, caña de azúcar, algodón…
También está la vertiente espiritual. En el mundo islámico el Paraíso de la otra vida se divide en siete jardines (yannat). Y el Corán contiene muchas referencias a los jardines del Más Allá al que aspiran los creyentes.
«Quien obedezca a Allah y a su enviado, Él les introducirá en jardines regados por aguas vivas, en los que morarán eternamente»
Corán (Sura 4, aleya 13)
Por último, el jardín poético que protagonizan las flores. Aquellas que más inspiraron a los poetas por su aroma y su belleza fueron la alhucema, la adormidera y el jazmín. Olores que recogen unas urnas de plástico en la exposición, altamente embriagadoras. Y que antaño enmarcaron las letras más bellas de la poesía andalusí.
La exposición, además de charlas y talleres, se complementa con un itinerario en vivo de algunas de las plantas de la época en el Parque del Emir Mohamed I. Aquí la Funci, en colaboración con el Ayuntamiento, ha acondicionado un vergel andalusí con un marco incomparable, la muralla islámica de Madrid. Ya es posible viajar a Al Andalus. Sus piedras y plantas lo hacen posible.