Feria del Libro Hispanoárabe de Madrid
Buscar la conexión entre dos culturas que se dan la mano. La árabe y la hispana. Un contexto que sirve de punto de partida para la II Feria del Libro Hispanoárabe de Madrid. Organizada por el Círculo Intercultural Hispanoárabe (Cihar). Este evento acerca a la capital de España un foro en el que proyectar la esencia árabe que caracteriza a este país. Pero en particular a Madrid, fundada por musulmanes en el siglo IX.
Tras él éxito de la primera edición, Cihar apostó por dar un paso adelante en esta segunda entrega. De aquella jornada histórica del 10 de septiembre de 2016 se pasó a tres días, del 26 al 28 de septiembre de 2018. Con más presencia y más disciplinas. Pues aunque todo gira alrededor de los libros, la feria se abrió al teatro, la danza, el turismo y el arte. Un homenaje a la cultura hispanoárabe que esta organización pretende recuperar.
Bajo el patrocinio de la Embajada de Catar, la feria contó con la presencia de embajadores y diplomáticos árabes en España en su inauguración. A la que asistieron también los concejales Mauricio Valiente y Nacho Murgui. Este último destacó las «raíces árabes» que forman parte de la identidad de Madrid.
La raíz hispanoárabe de Madrid
De hecho, la Feria del Libro Hispanoárabe puso especial énfasis en dar a conocer el Madrid árabe. Lo hizo de la mano del Centro de Estudios del Madrid Islámico. Una institución pionera que aspira a ser toda una referencia académica en su apuesta por la normalización del pasado islámico de la ciudad. Y también con una mesa redonda con los expertos Daniel Gil y Rafael Martínez. Ambos dieron cuenta de la historia, los secretos y el patrimonio islámico que acompañan al origen fundacional de Madrid.
Más allá de la pedagogía con el pasado islámico de Madrid, la feria albergó una exposición pictórica de caligrafía árabe “Los derechos humanos en el islam”. Una colección que refleja la vanguardia y la modernidad del arte árabe. Y que lo hace a través de la belleza de la escritura, fuente de inspiración de cualquier corriente artística de corte islámico. Su vigencia artística demuestra la versatilidad de la caligrafía árabe como elemento vertebrador de una cultura milenaria.
No fue la única exposición que utilizó la caligrafía como herramienta. También lo hizo el artista palestino Imad Abu Shtayyah. Su paleta dio la nota de luz y color a la Feria del Libro Hispanoárabe con su colección. Piezas que dibujan monumentos emblemáticos recortados por las curvas de la grafía árabe (abajo). Suya fue también la exposición sobre el primer piloto de la Historia. Se trata del andalusí nacido en Ronda en el siglo IX, Abbás Ibn Firnás. Un personaje ignorado por la cultura popular que da nombre a un cráter en la luna.
Historia y espectáculos de Al Andalus
Entre presentaciones y conferencias, la Feria del Libro Hispanoárabe oxigenó a la literatura con dos espectáculos únicos. “Las Noches de alÁndalus” (Layali alandalus), un concierto que se remonta a la época andalusí. Un diálogo musical de los “muassaha”. Suyas son las canciones basadas en poesías, que reviven el esplendor de Al Andalus.
Pero también con la exitosa obra de teatro “Mare nostrum. Finis somnia vestra”. Con Marco Magoa como director y actor que arrancó las lágrimas del auditorio. Su historia narra el viaje de Mahmud. Un hombre gay sirio que huyó de su país en patera rumbo a los desconocido. Una interpretación tan colosal como realista de la vida de los migrantes.
El interés de las instituciones y el público por acercarse a la cultura árabe justificaron la celebración de esta feria. Y anticipan el devenir de un acontecimiento que aspira a ser referente de la cultura hispanoárabe en Madrid. Una ciudad que ya no rehuye la esencia árabe que la vio nacer.