Madrid Andalusí en el Museo de los Orígenes
Los vestigios del Madrid Andalusí se exhiben en el Museo de San Isidro
Madrid es la única capital europea fundada por los árabes a quienes debemos algo más que el nombre de la ciudad. Su emplazamiento, el diseño urbano e incluso el origen de la Virgen de la Almudena (Almudayna en árabe) son parte del legado del Madrid andalusí, que durante 200 años fue una ciudad fortaleza clave en la defensa de la marca Media de Al Andalus.
Son escasos los restos que nos han llegado de aquellos días pero una pequeña parte puede contemplarse en el Museo de San Isidro que recoge los vestigios recuperados en los tres yacimientos islámicos de Madrid: la Plaza de la Armería -sede del Alcázar-, la Cuesta de la Vega -que conserva parte de la muralla musulmana- y la Cava Baja /Plaza de los Carros – que demuestra la existencia de un arrabal en el exterior del recinto defensivo amurallado.
Las piezas, casi todas cerámicas de entre los siglos IX al XI, son junto a la muralla, la atalaya islámica y algunos silos los únicos vestigios visibles para el ojo humano que dan testimonio del Madrid andalusí. Con todo, ni siquiera este museo dedica una sala íntegra al Madrid árabe sino que los hallazgos islámicos comparten espacio con los restos cristianos posteriores a la conquista de Alfonso VI.
Por ello es imprescindible realizar un ejercicio de imaginación para lograr resucitar esa ciudad desconocida de mezquitas y zocos a partir de los cuatro expositores del museo comenzando por la planta baja, donde se exponen un cántaro y dos ataifores (abajo) procedentes del interior del recinto árabe.
Más de 200 años del Madrid Andalusí
En la planta superior, dominada por una fotografía del único lienzo que se conserva de la muralla islámica, se encuentran otros dos expositores: botellas, tazones, cantaros, ollas y jarras además de un ataifor con la inscripción «el poder», una escápula de hueso con inscripciones y paletas quirúrgicas.
Dos reliquias de esta exhibición son una cantimplora (abajo) con la mano de Fátima, símbolo de la buena suerte en el Islam en alusión a la hija del profeta Muhammad, y una vasija que tiene unas pinturas que invocan el nombre de Allah. «Era una forma de dar gracias a Allah por el agua que bebían, así la religión estaba presente incluso en el ámbito más cotidiano», sostiene Salvador Quero, arqueólogo que ha trabajado en las excavaciones del Madrid andalusí.
En cuanto a la pieza más extravagante me quedo con un peón de ajedrez hecho de talco que fue hallado en la Cuesta de la Vega pero que procede de Irak, «lo que evidencia que los madrileños musulmanes tuvieron contacto con otros lugares islámicos fuera de Al Andalus», afirma el arqueólogo. Esta pieza, además, nos da una idea del alto grado de progreso cultural, al igual que los útiles médicos demuestran su avanzado nivel científico.
No menos interesante es el almacén visitable (abajo) que alberga una gran cantidad de hallazgos recuperados en los años 80. En ellas se observan las nuevas técnicas cerámicas que los musulmanes introdujeron como el vidriado, los esmaltes y la cuerda seca que proporciona, como se ve en la imagen, una decoración muy rica.
Bien es cierto que algunos solo verán vasijas antiguas. Otros dirán que no tienen nada de especial. Los habrá que pasarán de largo al tratarse de piezas rotas e, incluso, quien defienda que en Sevilla, Córdoba y Granada sí que hay auténticas maravillas. Pero su valor es precisamente ese, son nuestros restos, los más castizos, los del Madrid de los omeyas.
Plaza de San Andrés 2
Barrio de Palacio (Distrito Centro)
Metro: La Latina
Bus: 3 , 6 , 17 , 18 , 23 , 26 , 31 , 32 , 35 , 41 , 50 , 60 , 65 , 148 , 749
fotografías tomadas en el Museo de San Isidro. Ayuntamiento de Madrid