Mezquita senegalesa de Lavapiés
Una puerta negra de metal marca la entrada a la mezquita más «africana» de Lavapiés. Imperceptible desde el exterior, solamente los fieles y vecinos saben de la existencia de este pequeño oratorio islámico. Quizás por ello, quienes conocen este lugar se refieren a él como la Mezquita Senegalesa de Lavapiés. Se trata de una de las seis mezquitas que existen en el barrio más multicultural de Madrid.
Abierta en 2010, su nombre oficial es Comunidad Musulmana Senegalesa de Lavapiés «Mezquita de Al Taqua». Senegalesa porque son los nacionales de este país los que se ocupan de su gestión y dirección. Pero ellos dejan claro que la mezquita «no es de nadie que no sea Dios». Es por tanto un templo islámico abierto a todos y al que acuden musulmanes de todas las nacionalidades, si bien los senegaleses ganan por goleada. Eso sí, solamente abre para las cinco oraciones preceptivas del Islam (salat).
La mezquita senegalesa es la más modesta de Lavapiés
Son las seis y media de la tarde y los fieles llegan para cumplir con la cuarta oración del día (Maghreb). Tras descalzarse en la entrada, bajan al sótano donde se encuentra una pequeña sala de ablución. Aquí como en el resto de oratorios islámicos de Lavapiés, no hay mucho espacio. Tras ello, los musulmanes se dirigen a la sala de oración de la mezquita senegalesa, con capacidad para algo más de 120 personas. Es probablemente la más modesta del barrio, con poca decoración. Tan solo un mimbar (abajo), un par de cuadros y una estantería con ejemplares del Sagrado Corán.
Es ante todo práctica, pues aquí se viene a rezar. Y lo hacen hombres y mujeres al mismo tiempo, aunque las mujeres se colocan en un espacio reservado para ellas en una esquina (abajo). Una vez allí, se corren unas cortinas porque «hay mucha gente que no tiene vergüenza», como dice Charlie, senegalés y uno de los responsables del día a día de esta pequeña mezquita.
Como sucede en el Islam, la oración del viernes es el momento más importante de la semana. Y aquí, como no podía ser de otra forma, acuden musulmanes, mayoritariamente senegaleses, a escuchar el sermón (jutba) del imán, que es senegalés. Si el público es solo africano, el imam realiza el discurso en wolof, lengua autóctona de Senegal. Pero en caso de que haya musulmanes de otras nacionalidades, se hace en árabe y en castellano. «Tenemos que respetar y acoger a todos los fieles», indica Charlie.
La jutba a veces se hace en wolof, lengua autóctona de Senegal
Precisamente son los propios fieles los que mantienen la mezquita. No reciben ninguna ayuda ni subvención pública. «De los gastos diarios se ocupan los fieles», cuenta Charlie. A final de mes, algunas personas entregan 20 o 10 euros para el oratorio, a veces algunos donan 100 euros. Y es que aquí siempre hace falta para pagar el alquiler y la luz.
Tanto es así que después del rezo del viernes, el imam solicita la ayuda de los musulmanes para poder hacer frente a la deuda que mantienen por el alquiler del espacio. «Ojalá tuviéramos una ayuda, porque no tenemos mucho dinero y aquí siempre hace falta». Del resto, de la limpieza, se ocupan voluntarios marroquíes. Lo hacen para que Allah les perdone sus pecados, asegura.
Al margen del rezo, la mezquita senegalesa organiza actividades religiosas y celebra todas las festividades como el Eid al Adha y el Eid al Ftir. También acoge encuentros entre musulmanes que hablan sobre religión y su vida diaria en el barrio, al que no dejan de llegar más inmigrantes subsaharianos. Y estos últimos vienen aquí porque se sienten cómodos, rodeados de compatriotas, están más en su hogar.
Calle Cabestreros 9
Barrio de Embajadores (Distrito Centro)
Metro: Lavapiés y Tirso de Molina
Bus: 27-34-36-41-60-78-116-118-148-C
Ruego a Dios Todopoderoso que el año 2021/1442 sea próspero . Soy abogado con dedicación preferente en Extranjería. Tengo el despacho junto al Centro Cultural del Matadero de Legazpi. Desearía información sobre el Madrid árabe, incluidos los correos electrónicos de las mezquitas de Lavapiés. Tel 670724477. 25 años de colegiación me avalan.